El aislamiento geográfico de Nueva Zelanda no es una
novedad, durante 80 millones de años estuvo lejos y además deshabitado. Fue el
último gran territorio del mundo en ser poblado, recién entre 1250 y 1300 un
grupo de polinesios decidió instalarse en la zona, iniciando lo que luego se
convirtió en la cultura Maorí. Su curiosa ubicación también creó en este lugar
un ecosistema único en el mundo, donde las aves como el kiwi, el kakapo y el
takahe no vuelan porque nunca tuvieron depredador natural y las especies como
los conejos o las ratas se vuelven plaga rápidamente y aterrorizan a los
agricultores por la misma razón.
Aunque desde la llegada del hombre se cree que casi el 50%
de las especies de vertebrados se extinguieron, la gran riqueza de Nueva
Zelanda sigue siendo principalmente su naturaleza. Y poca naturaleza íbamos a
ver desde el centro de Auckland, así que había que empezar a moverse. Aunque el
tiempo no nos acompañó, el primer fin de semana de aventuras nos fuimos a la
vecina isla de Rangitoto.